Aldeacentenera

Historia

La leyenda popular inunda también a la localidad de Aldeacentenera a la hora de explicar sus orígenes. Se cuenta entre los habitantes, que el municipio, antes de 1812, cuando se convierte en ayuntamiento independiente de Trujillo, se situaba en El Ejido de Centenera, lugar que se abandonó debido a una plaga de termitas, hasta llegar a su ubicación actual. La localidad tuvo varios nombres hasta llegar al de Aldeacentenera. Otra de las teorías sobre los orígenes del pueblo se remontan a los colonos del marqués de Risell, que empezaron a construir sus casas cerca de la del marqués, formándose así la Aldeanueva de Centenera, que luego pasó a tener su nombre actual. De Aldeacentenera proceden importantes nombres de la conquista americana como fue Pedro Alonso, que acompañó a Pizarro en sus aventuras y terminó siendo alcalde de Cuzco hasta su muerte, o Alonso Álvarez, capitán que anduvo por el Golfo de México. De todas maneras, El Ejido, sigue siendo una zona frecuentada por los aldeanos, por contar ésta con una belleza sin parangón para los habitantes de la localidad y los visitantes, ya que es en este lugar donde existen dos pistas de despegue y aterrizaje para que quien lo desee, pueda ver la zona a vista de pájaro desde uno de los ultraligeros que se ponen a su disposición entre las actividades de ocio de la localidad.

Monumentos Patrimonio

  • Castro prerromano o celta de La Coraja. S. V a.C. Perfectamente conservado y digno de estudio por parte de grandes eruditos españoles que ven este castro como uno de los más representativos de toda la región. Junto al castro, las chozas de la horma. La reconstrucción y tesoros históricos encontrados en el castro y los aledaños, pueden visitarse en el Museo Provincial de Cáceres.
  • Iglesia Parroquial de San Bartolomé. Empieza a construir en el siglo XVI cuyo retablo Mayor, de estilo barroco, que corresponde al siglo XVIII se constituye como la gran joya de la construcción.
  • Ermita de Nuestra Señora de la Roca, en cuyo interior podemos disfrutar de contemplar la talla de la Virgen de estilo gótico del siglo XIV.