Cañamero

Historia

Camino de paso para artesanos y comerciantes en su ruta hacia Guadalupe, Cañamero siempre se ha caracterizado por su hospitalidad, rasgo que sigue imprimiendo el carácter de los habitantes de este pequeño pueblo cacereño.

Los primeros vestigios de colonización se remontan al Paleolítico, cuando la comarca era recorrida por pueblos nómadas dedicados a la caza, consistentes en instrumentos tallados en sílex, los primeros poblados de piedra, y sobre todo las pinturas rupestres, con 12 abrigos descubiertos hasta el momento en ambas márgenes del río Ruecas.

Después de la dominación romana de la zona, los árabes poblaron esta comarca durante un largo periodo, desde el siglo VIII hasta el siglo XIII, periodo que se caracterizó por periodos de paz, entre los que se intercalaban periodos de guerra y revueltas (en esta época se construyó el castillo de Cañamero, actualmente desaparecido).

En el año 1232 es conquistada la ciudad de Trujillo, y con ella la zona, por Fernando III el Santo y las órdenes militares. Posteriormente, en 1457, el rey Enrique IV concede a un noble de Trujillo, Diego de Orellana, el lugar de Cañamero.

Ya en 1538 Cañamero obtiene mediante el pago de 6.000 ducados al rey Carlos V la declaración de villa exenta, pasando nuevamente al poder real en el año 1544.

A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional, entonces conocido como Cañameros, quedando integrado en Partido Judicial de Logrosán a partir de 1834.

Monumentos Patrimonio

De las siete ermitas que había en aquella época solo se conservan dos, la de Belén y la de Santa Ana, en el camino hacia Guadalupe y Trujillo respectivamente:

  • Pinturas rupestres. Edad del Bronce - Paleolítico. Esta zona posee el mayor conjunto de pinturas rupestres de la provincia. Comprende una serie de pinturas esquemáticas realizadas con óxidos e hidróxidos de hierro y de manganeso, sobre las superficies rocosas de los abrigos y cuevas cuarcíticas. Destacan las pinturas en la Cueva de la Rosa, La Chiquita y la de Álvarez y el abrigo de La Madrastra.
  • Dolmen La Brujera.
  • Iglesia de Santo Domingo de Guzmán. Siglo XV
  • Ermita de Belén. Siglo XV. De una sola nave y cubierta por bóveda de cañón. Sus interesantes pinturas barrocas fueron restauradas en 2007 y ocupan la cabecera de la ermita y el primer tramo de la nave.
  • Ermita de Santa Ana. Siglo XVIII. Realizada en mampostería y ladrillo, de planta cuadrada con cúpula y remate en espadaña.